A continuación, compartimos una columna de Cecilia Saavedra sobre la Importancia de la Participación de Padres y Madres en Programas de Atención Temprana.
La presente columna pretende destacar la labor que realiza en el Programa de Atención Temprana “Juguemos con Nuestros Hijos”, desde el año 2006.
Luego de realizar el Máster de Atención Temprana en la Universidad Complutense de Madrid, durante el período académico 2003-2004, regresé a mi país con la inquietud y el deseo de promover la Atención Temprana, sobre todo, destacando la importancia de la participación de los padres en la estimulación temprana de sus hijos. Fue así como me involucré con este programa que busca, principalmente, estimular el desarrollo integral de niños y niñas de entre 0 y 36 meses y apoyar a madres, padres y cuidadores en la estimulación temprana y educación de sus hijos, fortaleciéndolos como principales agentes educativos y promotores de la salud integral de sus hijos.
“Juguemos con Nuestros Hijos” es un programa que tiene la particularidad, en sus requisitos, la participación obligatoria en sala, de los padres y/o principal cuidador/a del niño/a, lo cual lo hace diferente a muchos programas de este tipo que tan solo abordan al menor en su tratamiento, dejando fuera la intervención directa de los padres y/o principales cuidadores.
Los resultados de la experiencia del programa han sido positivos, tanto para los niños/as como para los adultos participantes, en su mayoría madres. Para comprobar esta impresión fue que desarrollé una investigación que buscaba comprobar los cambios positivos que genera en los padres y/o cuidadores la participación activa en este tipo de experiencias, sobre todo en la mejora de las habilidades relacionadas con afrontar mejor la tarea de educar y criar a sus hijos.
Nos pareció sumamente importante investigar, cómo incide en los padres el tener la posibilidad de participar activamente en un programa de Atención Temprana, que no solo se centra en el niño/a, sino que considera la participación del adulto, como un requisito fundamental.
La formación de padres y cuidadores de niños/as entre 0-6 años, período clave en la vida de toda persona, es fundamental para promover un desarrollo integral en el menor; sobre todo si ese niño se desenvuelve en un ambiente con carencias desde el punto de vista socio económico y familiar, como es el caso del Programa Juguemos con Nuestros Hijos.
A lo largo del programa, que tiene una duración de 9 meses (marzo a diciembre), se apreciaron cambios notorios en los menores, pero también se notaron interesantes cambios en las actitudes de los adultos que se relacionan con el niño/a en cuanto a sus habilidades y destrezas para enfrentar la tarea de educar y criar.
Algunos de los resultados de esta investigación se detallan a continuación:
En cuanto a:
- Habilidades de Agencia Parental: Rol y desempeño de ser padres: la participación de las mujeres en el Programa, SI incide en sus opiniones y conductas de un modo positivo, sobre todo en dos aspectos: Crece la preocupación por la Educación y la idea de que los padres son los más importantes en la educación de sus hijos. Por otra parte, las mujeres mantienen la idea de llevarse “bien” y “muy bien” con los niños/as y que su desempeño es entre “bueno” y “muy bueno”, lo cual también evaluó como positivo, pues esta buena percepción en cuanto a la relación y el desempeño, se mantuvo durante la duración total del programa.
- Habilidades de relación y conocimiento del niño/a: Las mujeres reconocen mayor cantidad de cualidades en sus niños/as. Son capaces de constatar los cambios en el modo de comunicar que tiene el niño/a, a medida que va creciendo y también, al finalizar el programa, han incorporado nuevos hábitos de juego como el ver y leer cuentos, que en un inicio aparecían con menor frecuencia.
- Habilidades de autonomía personal y búsqueda de apoyo: Las mujeres participantes reconocen necesitar ayuda para educar a sus niños/as. Esa ayuda, la esperan recibir de parte de la familia. Reconocen con claridad los temas en que les gustaría formarse, los cuales van acorde con el desarrollo evolutivo del niño/a y se empodera la idea de que la educación es un aspecto fundamental en la vida del menor y es responsabilidad del adulto a cargo, entregarla.
- Habilidades Educativas: la participación en el programa sí incide y positivamente en el desarrollo de habilidades educativas, esto se refleja en: un leve aumento de la percepción positivo en la labor de ser madre o cuidadora, aumentan los juegos que realizan con los niños/as que desarrollan el ámbito cognitivo y motor grueso, se mantiene el deseo de que sus hijos/as “sean felices en la vida” y aunque no aumenten la práctica de conductas positivas, al menos, si disminuyen las negativas.
Todas las participantes consideraron el programa como un espacio de aprendizaje y de encuentro con otras madres. Fue una instancia para resolver dudas y recibir orientaciones prácticas que les ha permitido adquirir seguridad y mejorar su desempeño como madre o cuidadora.
Al finalizar el estudio se pudo concluir que la participación directa de padres en programas de Atención Temprana como “Juguemos con Nuestros Hijos” SI incide, y positivamente, en el desarrollo de las habilidades parentales relacionadas con: el rol y desempeño de ser padres, habilidades asociadas a la relación y conocimiento del hijo/a, habilidades de autonomía personal y búsqueda de apoyo y habilidades educativas, afrontando así, la tarea de educar y criar, de un modo más positivo y seguro de sí mismos.
El tema de la familia fue, es y será una cuestión de actualidad. Sin lugar a dudas es la institución social más significativa en la formación de la persona y uno de los pilares fundamentales de la sociedad. A pesar de los cambios y las diferencias culturales, continúa siendo la institución más valorada en todo el mundo, y hace gala de una relevante capacidad de adaptación ante todo tipo de nuevas tendencias. Invertir en la familia jamás será un gasto en vano y cuando hablamos de intervenir en educación y familia es la inversión más asertiva que un estado puede realizar para sus ciudadanos.
En el ámbito del riesgo socio-ambiental, realidad en que se desarrolla el Programa “Juguemos con Nuestros Hijos”, parece ser, que la mejor forma de contrarrestar el problema, es mediante una intervención doble, proporcionando al niño un ambiente estimulante y educando a la familia para que ésta ayude a sus hijos/as en su desarrollo. Los pocos datos que se disponen al respecto, parecen confirmar la idea de que las actividades tempranas con esta población, pueden llegar a ser una cierta vacuna contra el fracaso escolar posterior.
Al finalizar esta investigación, confirmamos que los padres demuestran necesidad de apoyo y real interés por formarse, les interesa comprender mejor a sus hijos/as y mejorar la calidad de las interacciones padre- hijo/a. A través de este trabajo, confirmamos la importancia de fortalecer el rol de los padres como primeros educadores de sus hijos/as, ayudándolos a que confíen en sí mismos y a que aprendan a pedir ayuda, pues existen una serie de iniciativas y redes de apoyo, a nivel de políticas públicas, que muchas veces, por ignorancia, las familias no hacen uso de ellas.
Finalmente, como señala Jaime Frenes (1999) “el niño y la niña, no son una especie de semilla que simplemente crece, de acuerdo con un modelo pre- condicionado. Son sujetos activos, que descubren, se adaptan y construyen. Su desarrollo está condicionado de una forma u otra en función de si encuentran en su entorno elementos positivos para esa actividad constructora”. No existe mejor recurso invertido que aquel que se destina a la prevención y protección de la primera infancia.
[author] [author_image timthumb=’on’]http://ludotecaentreniños.cl/wp-content/uploads/2015/01/Cecilia1.jpg[/author_image] [author_info]M. Cecilia Saavedra, Master en Atención Temprana, Doctora en Educación Inicial, Integrante de la Red de Atención Temprana de Chile.[/author_info] [/author]